Los pintorescos Pueblos Blancos de Cádiz son pequeños pueblecitos dispuestos en la colina que destacan por sus simples casas de fachadas de cal blanca que reflejan los rayos del sol y hacen a la zona poseedora de un brillo encantador.
La mejor manera que realizar la ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz es en coche. Después de visitar las ciudades más turísticas de Andalucía: Sevilla, Granada y Córdoba, los Pueblos Blancos son ideales alejarte del bullicio, acercarte a la naturaleza y disfrutar de un ritmo más relajado. La mayoría de los pueblos están agrupados alrededor de la Sierra de Grazalema, Sierra Nevada y Las Alpujarras.
Índice de contenidos
10 PUEBLOS BLANCOS DE CÁDIZ
Recorrer la ruta de los Pueblos Blancos es un itinerario de unos 400 kilómetros por caminos de montaña, zigzagueando a través de estrechos valles, ríos y panoramas rocosos.
Hemos elaborado una lista con los 10 Pueblos Blancos de Cádiz que no te puedes perder cuando emprendas tu ruta por esta hermosa región.
1. ARCOS DE LA FRONTERA
La puerta de entrada a la ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz es este hermoso pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Debido a la influencia morisca, se trata de un pueblo de encantadoras casas blancas que están dispuestas en un semicírculo sobre un acantilado del río Guadalete.
Arcos de la Frontera tiene varios palacios fortificados y dos iglesias imperdibles: la Basílica de Santa María de la Ascensión que combina una variedad de estilos arquitectónicos y construida entre los siglos XV y XVI. Esta iglesia enseña la transición del gótico al renacimiento e incorpora detalles mudéjares y barrocos.
La otra iglesia que no te puedes perder es la de San Pedro, dispuesta dramáticamente sobre un empinado acantilado de piedra caliza y está decorada con pinturas bastante destacables.
Arcos de la Frontera también es conocida por su tradición festiva sobretodo en época de Pascua y su cocina regional. Sin duda se encuentra entre los lugares más bellos de España, con sus plazas, conventos y prestigiosos edificios en cada esquina que forman el telón de fondo de festivales populares, como la Semana Santa, declarada de interés turístico nacional.
2. MEDINA SIDONIA
Cargada de una amplia historia que se remonta incluso a época romana, este característico Pueblo Blanco se encuentra a seis kilómetros al sur de Arcos de la Frontera.
Medina Sidonia es un majestuoso pueblo ubicado en la cima de una colina rodeado de un impresionante paisaje rural que bien le vale el sobrenombre de “Balcón de Cádiz”.
Las principales atracciones turísticas del pueblo son la Iglesia de Santa María de la Coronada que tiene un impresionante retablo plateresco, las ruinas del castillo árabe de Torrestrella del siglo XIII, las antiguas murallas y el puente romano.
El pueblo también tiene además otras iglesias históricas que vale la pena visitar: el Convento de las Descalzas del siglo XVII con una cúpula de bella decoración y la Ermita de los Santos Mártires del siglo VII, una de las iglesias más antiguas de la región.
El sereno Monasterio de San José del Cuervo aunque se encuentra fuera del pueblo merece una visita por su ambiente remoto y tranquilo.
3. VEJER DE LA FRONTERA
Vejer de la Frontera está situado en la cima de una colina sobre el río Barbates a unos 70 kilómetros de Arcos de la Frontera y a 45 mins en coche de la capital del Kitesurfing, Tarifa. Se trata de otro pueblo blanco de la ruta declarado como patrimonio Histórico-Artístico.
Ésta antigua ciudad fortificada estuvo bajo dominio árabe durante seis siglos. El encanto árabe se encuentra por todos lados, en sus casas blancas andaluzas y sus calles estrechas y sinuosas.
Vejer de la Frontera también se encuentra a pocos kilómetros del mar, de ahí que muchos puntos del pueblo ofrezcan encantadoras vistas panorámicas de la costa.
El castillo árabe del siglo XI es una importante atracción turística junto con el Arco de la Segur y el antiguo barrio judío. El pueblo tiene dos iglesias históricas: la Iglesia del Divino Salvador y el Santuario de Nuestra Señora de la Oliva, que contiene un valioso santuario del siglo XVI.
Vejer de la Frontera es un bello pueblo donde el blanco y ocre de su arquitectura se alternan en el centro histórico de la ciudad. La fortaleza y los muros defensivos se han integrado armoniosamente con los edificios residenciales blancos dando al lugar un aspecto pintoresco que no en vano le ha valido el reconocimiento en varias ocasiones como uno de los pueblos más bellos de Andalucía y España.
4. UBRIQUE
A caballo entre la Sierra de Ubrique y la de Grazalema, la ciudad de Ubrique, cuna de famosos toreros, ofrece su pintoresca arquitectura popular y una antigua tradición de procesamiento de cuero.
Este pueblo es muy famoso por su artesanía tradicional en cuero que además cuenta con un reconocimiento mundial. Además de las diversas tiendas donde se puede comprar, también hay un interesante museo, el Museo del Cuero de Ubrique, dedicado a esta forma de artesanía. Instalado dentro del antiguo convento barroco de los Capuchinos del siglo XVII, uno de los edificios más bellos de la ciudad.
El procesamiento del cuero en esta área está estrechamente relacionado con la tradición marroquí.
Otros lugares de interés artístico y arquitectónico son, por ejemplo, las iglesias de Nuestra Señora de la O, Nuestro Padre Jesús Nazareno y San Antonio, de los siglos XVI al XIX.
Ubrique disfruta de bellos escenarios naturales que la rodean, este pintoresco pueblo ocupa una cuenca al pie del majestuoso acantilado de Cruz de Tajo bañado por el río que da nombre a la ciudad.
Su fama también está vinculada a la del famoso torero Jesulín de Ubrique. Ganador de un número impresionante de corridas de toros y personaje excéntrico que fue el protagonista de muchos excesos y escándalos. La ciudad le dedicó un monumento y un museo dentro de la plaza de toros.
5. BENAOCAZ
Benaocaz es un antiguo pueblo árabe con casas encaladas y hermosos paisajes de montaña.
La zona histórica del pueblo, el Barrio Nazarí, data del siglo VIII y tiene una atmósfera islámica típica con su laberinto de calles estrechas, sinuosas y de escaleras peatonales.
Te recomendamos una visita al castillo de Aznalmara construido en los siglos XIII y XIV. También vale la pena visitar La Ermita del Calvario y la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. El pueblo se encuentra a 46 kilómetros de Arcos de la Frontera, en la Sierra de la Cádiz, una zona con muchas rutas de senderismo y rutas peatonales, incluido un camino a lo largo de la antigua calzada romana.
6. GRAZALEMA
Grazalema es un pueblo de alta montaña en la provincia de Cádiz a 50 kilómetros de Arcos de la Frontera. Este pueblo blanco está ubicado en un valle y rodeado por el hermoso paisaje del Parque Natural de la Sierra de Grazalema.
La zona es ideal para disfrutar de paseos y excursiones entre la naturaleza. Se trata de uno de los mejores ejemplos de un Pueblo Blanco Andaluz. Este antiguo pueblo árabe es una mezcla de casas encaladas, callejones estrechos y plazas tranquilas.
Sus calles laberínticas y peatonales conducen a lugares ocultos y panorámicos impresionantes que te ofrecerán unas bellas vistas de las montañas.
Grazalema tiene una hermosa iglesia del siglo XVIII: la iglesia de Nuestra Señora de la Aurora y una iglesia parroquial del siglo XVII: la Iglesia de la Encarnación de origen mudéjar. El pueblo también es conocido por sus artesanías tradicionales, si te gustan mucho puedes visitar el museo textil tradicional.
7. ZAHARA DE LA SIERRA
El hermoso pueblo de Zahara de la Sierra se encuentra en una colina empinada en la provincia de Cádiz a 55 kilómetros de Arcos de la Frontera.
La ciudad se remonta a la época musulmana y ha sufrido una historia turbulenta debido a los conflictos entre los gobernantes islámicos y cristianos. En el siglo XV, los cristianos reconquistaron el Zahara de la Sierra con la ayuda de Don Fernando.
El pueblo es muy famoso por la fiesta del Corpus Christi, cuando el pueblo es decorado con gran esmero. Es un evento animado que se ha convertido en una atracción turística popular. Visitar Zahara de la Sierra en primavera y verano es ideal ya que podrás disfrutar de un paisaje con campos de flores silvestres, es un momento ideal para los amantes de la naturaleza.
8. OLVERA
Olvera es un pueblo encantador rodeado de colinas cubiertas de olivos. De ahí que Olvera sea el productor de uno de los mejores aceites de oliva virgen extra de la zona. De hecho, en los últimos años ha logrado la «Denominación de Origen de la Sierra de Cádiz».
Es otro pueblo privilegiado ya que cuenta con la reserva natural del Peñón de Zaframagón localizado a unos 139 kilómetros de Cádiz.
Dominando Olvera está la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, que se encuentra al lado del castillo árabe. La iglesia fue construida en un estilo neoclásico sobre los cimientos de una antigua pequeña iglesia gótico – mudéjar. Se trata de una de las iglesias más grandes de la provincia, con dimensiones dignas de una catedral.
El castillo árabe se construyó a finales del siglo XII sobre una roca, lo cual le permitía comunicarse con otros castillos cercanos a través de señales (por ejemplo, reflejando luz con espejos). Su estructura fue creada deliberadamente para perjudicar al enemigo al máximo.
El casco antiguo se encuentra dentro de las antiguas murallas árabes de la ciudad. Caminar por sus calles es viajar en el tiempo. Calles estrechas, rincones estratégicos, casas antiguas, caminando por Olvera podrás admirar la arquitectura de la ciudad musulmana entrelazada con lo moderno.
La Plaza de Andalucía, también conocida como «La Alameda » es un bello lugar con una majestuosa fuente de piedra construida en 2004. Arriba está el Peñón del Sagrado Corazón de Jesús, un gran jardín rocoso lleno de hiedra, flores, pájaros y animales. Lleva este nombre debido a la estatua de Cristo localizada en la parte más alta de la roca tallada por José Even Navas, en 1929.
9. TORRE ALHÁQUIME
Ubicado entre las sierras Subbéticas, el valle de Ronda y bañado por el río Guadalporcún, en una zona de ondulantes campos de olivos y cereales.
El pueblo se extiende a través de la ladera de la montaña con el estilo típico de los Pueblos Blancos de Cádiz, poseedor de una atmósfera tranquila y agradable. Destaca el castillo árabe y la Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua.
El pueblo se remonta a época musulmana. Fue colonizado por pueblos de origen bereber, quienes, protegidos por el castillo defensivo, se establecieron en el territorio dando nombre al pueblo, su nombre actual debe su origen a este período.
Fue territorio fronterizo durante el siglo XIV y parte del XV, cambió sucesivamente de manos entre cristianos y musulmanes antes de ser finalmente conquistado por el marqués de Cádiz al mando de los Reyes Católicos en 1485. Más adelante pasó a ser parte del Ducado de Alcalá de los Gazules y más tarde a la casa de Medinaceli.
Jugó un papel clave en la lucha contra las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, sus habitantes se unieron a las diversas guerrillas que surgieron en las sierras de Cádiz y Ronda.
10. SETENIL DE LAS BODEGAS
Setenil de las Bodegas está ubicado a unos 20 kilómetros de Ronda, así que merece un desvío si te encuentras de camino a esta ciudad. Este Pueblo Blanco es único. Nació de un conjunto de viviendas inmersas en cuevas, muchas de ellas han sido excavadas en la propia roca. Filas enteras de edificios encalados parecen estar sumergidos por enormes repisas rocosas.
Setenil de las Bodegas fue colonizado por musulmanes en el período almohade del siglo XII. Un legado de la herencia islámica son las ruinas de un castillo árabe que dan a la villa medieval.
Setenil de las Bodegas se encuentra al norte del Parque de los Alcornocales en la provincia de Cádiz, desde la prehistoria hasta nuestros días, las orillas del Guadalporcún han formado un desfiladero que alberga este pueblo verdaderamente maravilloso. En uno de los pueblos más particulares de España que parece una fantasía.
Setenil de las Bodegas es un maravilloso ejemplo de cómo el hombre se ha adaptado al territorio creando casas dentro y debajo de la roca. El pueblo alberga un laberinto de calles estrechas de piedra y cal que merece recorrer y perderse por ellas. El pueblo está dispuesto en diferentes niveles, en un lado están las casas construidas sobre la roca y en el otro están las casas cuyas paredes y techos son rocas vivas.
Setenil de las Bodegas debe su nombre a la expresión latina «septem nihil», siete veces no, esto es debido a que siete fueron los intentos de los cristianos de conquistar la ciudad durante la Reconquista. Setenil cayó al séptimo asedio, en 1482.
Como ves, Los Pueblos Blancos de Cádiz es un recorrido por culturas, paisajes, tradición y sabores que no hace más que sorprender. Prepara tus maletas y no dejes de disfrutar de lo que cada uno de estos hermosos pueblos tiene preparado para ti, seguro que no te vas a arrepentir!